Los programadores de riego son instrumentos que permiten controlar la apertura o cierre de sectores o válvulas de riego según el planning establecido por el gestor del riego. Además, pueden incorporar contadores de agua, medidores de presión, etc. y almacenar datos.
En espacios verdes de áreas residenciales también se utilizan los programadores de bajo costo conocidos como de "grifo", con pilas y fácil instalación, si bien con limitadas prestaciones en lo referente a los elementos del riego a controlar. Como contrapartida en instalaciones más complejas se emplean programadores conectados a la red eléctrica que tienen un coste superior, pero permiten almacenar un mayor número de programas, lo que facilita el control sobre zonas con diferentes emisores y/o plantas.
Cuando se pretende programar el riego de varios sectores utilizando rutinas o algoritmos de control más sofisticados (utilizando variables climáticas) debido a que aumenta la complejidad se requiere la utilización de un ordenador para obtener un control óptimo. Los ordenadores de riego que se instalan en los sistemas de riego controlan la distribución y dosificación del riego. Mediante estas herramientas se pueden monitorizar los riegos, configurar los parámetros de riego de forma sencilla, acumular y mostrar histórico de actividades y consumos de la instalación de riego, realizar gráficas del histórico, almacenar históricos de actividades y eventos de la agenda de riego, etc.
Los programadores analógicos: como los programadores que puedes encontrar para muchos productos electrónicos. Tienen un reloj mecánico que tendrás que controlar tú para que simplemente se mantenga abierto o cerrado el grifo durante un cierto tiempo.
Los programadores eléctricos, que gracias a una pantalla digital te permiten controlar varias funciones e indicar los horarios del funcionamiento y la duración.
Los programadores mixtos o híbridos, o sea aquellos que por mitad tienen un funcionamiento analógico y por otra parte electrónico.
Además podemos distinguir según la alimentación del programador.
- Pueden ser eléctricos, o sea que necesitan estar enchufados a una toma de corriente. Estos modelos suelen llevar también pilas por su hay algún problema con el suministro eléctrico.
- Pueden funcionar con pilas o con batería de litio.
- Pueden funcionar con energía solar. Este es el caso de los modelos de programadores de riego más modernos.
¿Y cuál temporizador elegir? Por supuesto la decisión entre los 3 modelos de arriba dependerá del presupuesto que tengas disponible, de las características y dimensión de tu área verde y que el tipo de programador te permita un fácil manejo y los accesorios incorporados que faciliten la tarea.
Si por ejemplo, en tu jardín tienes diferentes zonas (donde por zona nos referimos a partes del jardín que tienen una cierta necesidad de riego diferenciada del resto con plantas o arboles con distintas necesidades de riego), lo que quizás mejor te venga es un programador de riego digital que discrimine entre estas "zonas de riego". Eso porque claro está que un cactus no necesita una cantidad igual de agua que el césped o un árbol frutal. Entonces hay que tener en cuenta el número de electroválvulas del sistema de riego. Habrá una por cada zona a regar así que tendremos que conectarlas entre sí y al programador.
Si al revés no tienes un jardín con grandes diferencias en los requisitos de riego, podrás tranquilamente optar por los modelos analógicos.
Además la elección podría cambiar a lo hora de considerar los extras y accesorios del temporizador.
Por ejemplo hay algunos programadores de riego con pantallas LCD que te permiten ver la programación actual. Otros modelos disponen de una función ECO, que corta el flujo de agua durante el riego, de modo que dé tiempo de absorber el agua emitida antes de seguir regando.
Te podrás encontrar con modelos que tienen un sensor meteorológico para que automáticamente ajusten el riego o lo bloqueen en caso de que llueva.
Existen incluso programadores de riego con opción de añadir directamente el fertilizante o abono.
Tener un jardín, grande o pequeño que sea siempre es muy bonito; pero llegada la hora de la verdad sabemos que mantenerlo en buenas condiciones no siempre es tarea sencilla.